El comienzo y el final de cualquier día… y el tiempo a gatas, y la noche se escabulle caminando de un lado al otro en la habitación: Kronos mismo ahuyenta a todo sueño. Semanas, meses, temporadas: bandadas de aves en fuga, sin tu sombra en el dintel, y la calina de mis noches febriles es la mesura del silencio de mis días. El ensueño de esa penumbra es tu presencia, y en momentos de luz solo encuentro tu ausencia.
Años como mareas, y la aridez del tiempo nos sigue, y las marcas de sequías sobre el malecón son los verdugones sobre mi alma; se puede vivir, aunque nunca completo…
Ah, y la música, nunca la tuya, en burla me incita a la búsqueda, sabiendo de antemano que no he de encontrarte…
Al barranco con la esperanza: al olvido con los sueños: que fallezcan…, ¿de qué me sirven? He de ser menos de la mitad real, hasta cuando oiga tu canto.
D
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