Érase que se era, en alguna otra ocasión… Y en nuestro cuento apenas se establecía la escena cuando decidiste cambiar de página. Yo también tomé algunas decisiones en esos entonces, cuando hacíamos lo que creíamos obligado. La ironía: que aún estemos obligados pero sin creer en nada.
En ese érase de entonces yo estaba convencido de conocer nuestro desenlace. Quizá estaba equivocado: la inspiración de ese momento se esfuma, se esfuma… Fuere aún nuestra época, imaginaría doblegar hasta a Kronos mismo, pero mis fuerzas amainan y, soberbio él, nos pasa de largo, llevándose lo bueno que hubiera y dejando aquí apenas sombras.
Sea, entonces:
Amaremos.
Viviremos.
Daremos lo que podamos y tomaremos lo poco que merezcamos.
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