sábado, 12 de noviembre de 2011

Para meditar…

Recientemente me preguntaron si creo en Dios. «¿Cómo no voy a creer en Dios? ¿Acaso no se nota que siempre me esfuerzo en ser un hombre responsable, que me esfuerzo en vivir una vida ética y justa?», pregunté con asombro real.
«Bueno, lo que pasa es que no eres religioso para nada…», fue la respuesta lanzada sobre el hombro, a manera de despedida condescendiente.

Me pregunto por qué a veces insistimos en malentender. Es decir, a lo mejor quien no ha comprendido bien las cosas soy yo, y debería ser religioso para demostrar que creo en Dios.

No obstante, me parece un poco desafortunado que, en términos generales, la gente no crea que un hombre que se esfuerza por ser genuino, sincero, responsable, cortés, que obedezca las leyes, y que dedique todas sus energías en conseguir el bienestar de su familia no se le reconozca inmediatamente como alguien que teme a Dios, que cree en Él, y que todavía tiene la esperanza de que todo en esta vida significa algo al final de cuentas…

3 comentarios:

Sobreíntima dijo...

La gente no sabe en dónde está Dios realmente. No está en la Cruz, no está en el Altar, no está en el reclinatorio de un confesionario, ni siquiera en un ministro católico, musulmán, cristiano, budista. Dios está en quien hace el Bien, y se aleja del mal. No hay duda alguna sobre esos conceptos; son universales e inconfundibles. Dios está en ti y vive feliz en tu corazón y alma. Eres un buen hombre. Que los ignorantes juzguen: con la vara que midas, serás medido.

Preciosa entrada. Me quedo entusiasmada para llevar a cabo mi misión y conmovida por esta luz que dejas hoy.


Abrazos y Xocolatl =)
Simetha ◘♥◘

Daniel A. Franco dijo...

Oh, Simetha, que tienes todos mis buenos deseos…

Blanca Miosi dijo...

Tu entrada es una parábola. Así dicen que explicaba aquel al que llamaban Jesús y todos podían entenderlo.

Lo he comprendido y creo que también creo en Dios.

Besos,
Blanca

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