miércoles, 20 de julio de 2011

Llórame los ríos (reto literario)

Este mes de julio se me ocurrió lanzar un reto en el foro Prosadictos. Se trataba de que alguien propusiera un tema, y cualquiera podría escribir un texto de la extensión que gustara sobre ello. Excepto que el reto era escribir el texto allí mismo, en la ventana de respuesta del foro. Creí que sería una buena manera de ejercitar la organización mental al escribir, y de practicar cómo ajustar el formato sin valerse de Word o de cualquier otro programa de gestión de textos. A continuación les comparto mi intento de escribir un microcuento con el tema "… la primera vez que vio la aurora boreal".



Llórame los ríos



No recuerdan los cómos ni los porqués, y de haber alguno, solo Dios lo sabe: fue el Omnipotente mismo quien los tomó de la mano y así lo dispuso.

Mas ellos Le sirven con gozo y cumplen Sus designios sin rencor…

Excepto que, a la sombra de su corazón de madre, ella gime vientos y llora ríos, y desde la distancia irremontable lo ve a él siempre en lontananza, aun intentando darle alcance.

Ella, Nótt, la primera vez que vio la aurora boreal, entendió que esa sería la única caricia que sentiría de su hijo Dagr en toda la eternidad.

D

sábado, 16 de julio de 2011

Sometimes I grieve

Every so often I cry. I cry hard. I cry like a six-year old who didn't get picked for his friend's team, who didn't get the toy he wanted, who didn't get dessert at dinner time…

Every so often I cry…

Tonight was one of those nights, when I grieve a little for my father. He died several years ago, and I still grieve his death. Maybe because he felt it necessary and life-altering to obviate my company for somewhat close to twenty years, maybe because he is still daddy, even if I have gray hairs in my nose.

What do I know?

I just know that I grieve, and I cry…

But tonight is different. Tonight I have an episode of what I could describe with disdain as the "crying mee-mee's". Tonight it was the whole three-ring circus of runny nose, sobbing, and streaming droopy eyes, when a single thought came into my mind:

What if he was lonely?

What if the last thought in his mind was not a happy one, but one of regret?

That's enough to give me another round of huddling, silent "ah-gh-gh-ghck" so I don't wake the wife with my sobbing… you know what I mean, c'mon, guys, y'all have done that…

But mostly I wonder if I did enough so that in my father's heart, as it failed him, there was in there, no matter how deep or disguised, a hint that he was still in my thoughts and in my prayers, and that his last thought was a happy one, and fuck you if you think that's corny, I'll kick a hole in you and bash your stupid no-chin face in if you so much as remind me that I kept him at arm's length for years…

Yah, sometimes I grieve…

D

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Y ahora, qué?

Pues ayer venía de regreso a la casa, después de haber trabajado toda la noche. Como acostumbro, manejaba por la carretera a escasos 130 kmh cuando noté que se prendió la lucecilla del tablero que indica que la presión de las llantas está baja.

Ni tardo ni perezoso me salí de la autopista para revisar que todo estuviera bien, y que no fuera a ser la de malas que se reventara un neumático a esa velocidad y me fuera a partir la madre… Bueno, es que es un accidente común que se reviente una llanta y que el conductor pierda el control del automóvil. Entre más rápido se viaja, las posibilidades de voltearse son mayores.

¿Quién quiere sufrir un leve caso de muerte? Nadie, porque sería muy inconveniente.

Entonces regresé al hogar viajando por callejuelas paralelas a la autopista, y mi viaje de quince minutos terminó en media hora. Ni modo, pero hay que irse a la segura.

Pero olvidé todo al respecto, y como también acostumbro, al siguiente día, cuando era hora de irme a trabajar (o más bien, cuando ya salía tarde hacia el trabajo), recordé que las llantas estaban bajas de aire. Pah, me llevo el auto de mi mujer, al fin que no lo necesita a estas horas.

Já, bien librado del problema que salí.

Excepto que en el preciso instante en el que me subí a la autopista y aceleré hasta mis acostumbrados 130 kmh, se prendió la lucecilla que indica que las llantas están bajas de presión.

Me queda claro que el universo demanda algo de mí. Una de dos: o debo ser más cuidadoso en las autopistas, o debo someterme a régimen de adelgazamiento. No lo sé.

D

jueves, 7 de julio de 2011

Vaya vacaciones

Pues sí, así es: me tomé unas vacaciones. Bueno, no fueron vacaciones, sino estatequietoencasa-ciones. Como fue el fin de semana antes del Día de la Independencia en los EE.UU., entonces decidí tomar dos días libres aparte de mi fin de semana libre.

Mi esposa y mi hija viajaron para asistir a la quinceañera de mi sobrina, y mi hijo y yo nos quedamos en casa. Pero justo el viernes que comenzaba mi puente vacacional, al despertar me di cuenta de que el drama anual había comenzado: de nuevo se había averiado el aire acondicionado.

Nos pasa cada año, pero por lo general es al comienzo de la temporada calurosa.

No. En esta ocasión pareciera que la unidad central del aire acondicionado se confabuló con los dioses del verano y del destino para declararse en huelga laboral justo a media oleada calurosa. Ni más ni menos que una temperatura promedio de 38 grados centígrados diarios ha sido lo que marca el termómetro.

Por ser fecha feriada, no pude comunicarme con un taller de reparación sino hasta el martes, y apenas ayer miércoles quedó reparado el aire acondicionado.

Hacía tanto calor que no podía ni dormir.

Fabulosas vacaciones. En fin, que hay que encontrarle el lado positivo a todo: nunca había regresado al trabajo tan gustoso.

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