lunes, 19 de mayo de 2008

He estado pensando…

… sobre las apologías que he leído en algunas ocasiones, ya sea las de cualquier "sabor" de los cristianos, o las que se hacen sobre estilos de vida y posiciones filosóficas diversos. Me deja perplejo que, después del reduccionismo necesario para encontrar algún punto en común con el expositor, como lector no me quede otra impresión que estar perdido entre todos los argumentos tautológicos, y que me conducen a recordar a Frank Herbert, cuando dijo en una de sus novelas (por supuesto, parafraseo):
"[…] creyendo entender sus propias motivaciones, encuentran fácil justificar cualquier comportamiento extraordinario…"

D

4 comentarios:

Anónimo dijo...

... y es que cuando alguien defiende lo que cree que resulta ser lo que tú no crees, ¿habrá algún punto en común más allá de saber que alguien cree vehementemente lo suyo como tú lo tuyo? No lo creo, ¿tú qué crees? Tal vez por ello el extravío que comentas...

Por otra parte, sabes que no soy apologista y no me interesa defender lo indefendible ni lo que requiere de revelación. Sólo lo digo por que soy cristiano, de sabor "nacido de nuevo". ;)

Y bueno, ya... estaba muy solito este post tuyo...

Saludos.

Anónimo dijo...

¡Ah! Y felicidades por la vejez que avanza, por que parece que hoy en día el correo electrónico ha sido sustituido por las redes sociales y los blogs.

Hay que entrar de vez en vez, mi estimado.

Ya.

Daniel A. Franco dijo...

Gracias por las felicitaciones y por el comentario. Así es: cada vez estoy más viejo. Dizque que cada día más, si lo puedes creer.
Y parece que a las llamadas telefónicas las suplantaron las comunicaciones electrónicas, supongo…

Aunque la divagación era sobre el punto específico de que en ocasiones se presentan ideas y conceptos con alegatos que parecen estar basados en la lógica, pero que terminan en puro sentimentalismo, también era una meditación sobre las limitaciones epistemológicas de las explicaciones:
En algún momento del argumento se tiene que aceptar que no hay primeras causas, y hay que creer lo que sea que se esté discutiendo nomás porque sí, "por fe".

O no, digo…

D

Anónimo dijo...

Estás en lo correcto.
Digo, en lo de ser más viejo cada día.

En lo demás, notarás la palabrita "revelación" para mí ahí está. Ahora bien, el asunto de la fe es como cuando alguien te dice que te ama. Puedes ver las actitudes, los gestos y otras cosas, pero nunca "su amor"... eso sí que es fe de la buena mi buen. Si deseamos eliminar el uso de la fe, deberíamos dejar de usar las relaciones humanas y otras "inutilidades" de la vida. Parafraseando a un famoso filósofo contemporeaneo (creo que se llama Gregory House): "toda relación humana es solamente el resultado de un deseo de satisfacción; todo es por conveniencia... no hay amor ni 'humanidad'".

Claro que mi amor y mi fe superan a mi razón; tal vez por eso sólo soy un viejo ignorante y rodeado de las cosas que me hacen feliz; las que no se compran ni se pierden, con sus problemas y sus crisis y sus virtudes y sus verdades.

En fin... dejaré que Piper, McDowell, Washer y otros defiendan... yo vivo y disfruto. Ojalá todos pudiéramos hacer lo mismo.

Un abrazo por estos tus 15 años. Cuando tenga tu edad quiero ser como tú.

Que Dios te siga bendiciendo junto con los tuyos.

¡Ay! Ya escribi demasiadamente muncho. Ahí te ves carnalito.

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