jueves, 10 de marzo de 2011

Segundo vistazo a la autopublicación

Acabo de tener una conversación muy interesante con uno de los pediatras en el hospital, el doctor Palmieri. Me acaba de recomendar encarecidamente que me dedique a la autopublicación de mis textos. Me ha dado enlaces de sitios web y ha mencionado grupos de apoyo locales. Debo de confesar que me ha transmitido su entusiasmo, sobre todo cuando mencionó el famoso caso de Amanda Hocking, que a los veintiseis años de edad publica sus nueve textos en el formato Kindle.

Supuestamente ella tiene textos a precios desde 99 centavos de dólar hasta USD$2.99. Pero con el esquema de Amazon ella recibe 70 % de los ingresos. Dirán ustedes que en promedio ella ha de ganar como un dólar por texto que venda. Parece una tontería y desperdicio de tiempo, ¿cierto? Bueno, pues resulta que vende cerca de 100 000 (¡cien mil!) copias al mes… ¡Al mes, carajo! Y hasta la fecha ha vendido como 900 000 copias de sus libros.

¿Serán buenos sus libros?

¿Acaso importa? Digo, USD$900000 a cambio de poco dinero invertido (aunque largas horas frente a la computadora) me convencerían de abandonar mis viejas ilusiones del Nóbel en Literatura… Qué vergüenza me causa pensar que tenga un corazón tan avaricioso, pero si tuviera un éxito similar al de la señorita Hocking lo más probable es que se me pasaría pronto lo avergonzado.

Vayan, pues, si gustan, e investiguen el sitio de Kindle Direct Publishing, y también smashwords.com, y luego me platican si deberíamos seguir despreciando a todos los autores que se deciden por la autopublicación. Yo sé que tradicionalemente no se considera autor serio a quien no se publique en papel, pero parece que los tiempos cambian.

D

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